RutyAndo

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sábado, abril 30, 2011

Iglesia CATOLICA oculta el verdadero MiLAGRO del PAPA




Sucedió en el Vaticano, El PAPA vio a Jesucristo y estuvo hablando con él.



CIUDAD DEL VATICANO.- La Santa Sede oculta un verdadero testimonio milagroso, algo nunca antes visto, el PAPA vio a Jesucristo y estuvo hablando con él. De acuerdo a los venerables intelectuales que analizaron y la vez se disputaron la veracidad del milagro en el año 1.979, no era conveniente decir nada al mundo, pues se despertarían miles de almas dormidas y muchos fieles seguidores de la iglesia católica se revelarían.

En la actualidad el revelador diálogo entre Jesucristo y el PAPA es quizás el hecho que más se acerca a convertirse en milagro según los pasos establecidos por el Vaticano, pero a su vez, es uno de los más controversiales y liberadores en lo que a historias de milagros se refiere, pues por primera vez se conocería lo que piensa Jesucristo del PAPADO.

A continuación el audio y dialogo entre ambos:


AUDIO




DIALOGO


Sucedió en el Vaticano,
Lo que nunca se había visto,
El Papa vio a Jesucristo,
Y estuvo hablando con él,
El Papa vio a Jesucristo,
Y estuvo hablando con él.

Cristo le dijo enojado:
"No comprendo, no comprendo,
La forma en que estás viviendo;
Dices que me representas,
Y con el lujo que ostentas,
No puedes representarme,
Sino mas bien denigrarme."

"Yo no tuve ni una choza,
Y tu hasta palacios tienes,
¡Y con lujo desmedido!,
En nombre de Dios te pido ,
Me digas por fin quién eres,
¿Por qué usurpas mis deberes?"

"A ver compara si puedes,
Esa ropa extraordinaria,
Con mi pobre indumentaria,
Tan sencilla y proletaria,
¡Compara si te conviene!"

"¡Mira al frente no te agaches!,
Di que semejanza notas,
Entre tus lujosas botas,
Y mis humildes huaraches;
Entre tus lujosas medias,
Mis calcetas con parches."

"Yo con mi límpido aliento,
Di comida al pueblo hambriento,
Tan solo con cinco panes,
Y una botella de vino,
Y una fe para el camino."

"Tu con millón de millones,
No veo que te dispones.
¿Arrojar desde tu silla,
Al hambriento una tortilla?,
¿Y quieres alimentarlo,
con sermón y fantasía?"

"Y si acaparar pudieras,
Todo el oro de la tierra,
Y desatar una guerra,
Escudándote en mi cruz,
Estoy seguro ¡lo harías!"

"Ahora dime honestamente,
¿A cuántos pobres arruinas,
Para llevar en tu frente,
Esas diademas tan finas?,
Y compara esa riqueza,
Con mi corona de espinas".

"Ya sacude tu demencia,
Y deja esa residencia;
Recuerda que es capital,
El pecado de avaricia;
Estás traicionando a Dios,
Con tu engaño y tu codicia".

"Dile a los miles de empleados,
Que tienes por todo el mundo,
Que Cristo no es mercancía,
Que ya rompan su alcancía,
Porque los pobres del mundo,
La romperán algún día."

Cuando el Papa despertó,
A todo pulmón gritó:
"¡Lo que nunca se había visto,
Vi realmente a Jesucristo!,
Y estuve hablando con Él"

"Me dijo cosas preciosas,
Que no les puedo contar,
Solo les puedo decir,
Que al cielo me ha de llevar,
Y entre Dios Padre y el Hijo,
En medio me ha de sentar."

Y el doctor que lo atendía,
Contesto: "Su Señoría,
Hoy tiene por desventura,
Cuarenta de calentura",
"Hoy tiene por desventura,
Cuarenta de calentura,
Y se va ¡a la sepultura!.

















Audio: Tema Musical Diálogo entre el Papa y Jesucristo.
Autor: José de Molina
Álbum: Salsa Roja
Año 1.979
Redacción: Kolectivo La OtRA RAdio

sábado, abril 23, 2011

A propOsito del DIA MUNDiAL DE NUESTRA kAsA

Una invitaciOn a ver, escuchAr y leer POETAS del KompA SARGENTO GARCIA.

AUDIO


VIDEO




Quienes son culpables de tanta injusticia
quienes son culpables de tanta maldad
todo el cruel fabricante de armas sangrientas
todo el guataca aliado al gran babylonia
pueblos que son explotados por los poderosos
niños descalzos que mueren sin pan sin abrigo
hombres que pierden la tierra sin saber la razon
madres que lloran la ausencia de hijos perdidos

poetas de manos sangrientas, de oscuras miradas y falso reir

piratas que pudren los mares de aguas critalinas
leones que comen las carnes estando en el nido
hombres que ensayan cohetes en tierras sufridas
lacras, ambiciosas, de mal proceder
hoy en la tierra molesta el que piensa en la paz
hombres que pierden la vida por manos oscuras
niños que estan en la tierra sin nombre de padre
madres que lloran hijos cuando viene la muerte

non, non!! je ne peux m'imaginer que nous ne pouvons rien changer
c'est un combat pour vivre dans la justice et la dignité
je ne peux pas m'imaginer que tout est à jamais figé
je veux vivre ma destiné en écartant la fatalité
je me bat pour que les mots sortent de leur prison
c'est mon combat pour que les esprits retrouvent la raison
car attention, attention, plus forte est la pression plus on entend les explosions

Poetas-Sargento Garcia
Albúm: la semilla escondida.

jueves, abril 21, 2011

La anarquía y la Iglesia





De Eliseo Reclus

CAPÍTULO I



La conducta que el anarquista ha de observar con respecto al hombre de Iglesia, está de antemano trazada; mientras que curas, frailes y demás detentadores de un pretendido poder divino se hallen constituidos en liga de dominación, tiene que combatirlos sin tregua, con toda la fuerza de su voluntad, con todos los recursos de su inteligencia y su energía.


Esta lucha no ha de ser un obstáculo para que se guarde el respeto personal y la buena simpatía a cada individuo cristiano, budista, fetichista, etc., etc.


Principiemos por libertarnos, trabajemos en seguida por la libertad de nuestro antagonista.


Lo que se debe temer de la Iglesia y de todas las Iglesias, nos lo dice clarísimamente la historia, y no hay excusa acerca de este punto; todo error o mala interpretación, es inaceptable; más aún, es imposible. Somos aborrecidos, execrados, malditos, démonos condenados a los tormentos del infierno, lo que para nosotros no tiene sentido, y, lo que es indudablemente peor, somos señalados a la vindicta de las leyes temporales, a la venganza particular de los carceleros y de los verdugos y aún a la originalidad de los atormentadores que el Santo Oficio, viviente todavía, mantiene en los calabozos. El lenguaje oficial de los papas, formulado en sus recientes bulas, dirige expresamente la campaña contra los «insensatos y diabólicos innovadores, los orgullosos discípulos de una pretendida ciencia, las personas delirantes que piden la libertad de conciencia, los que desprecian todas las cosas sagradas, los aborrecibles corruptores de la juventud, los obreros del crimen y de la iniquidad». Anatemas y maldiciones dirigidos de preferencia a los hombres revolucionarios que se denominan libertarios o anarquistas.


Muy bien; lógico es que los que se llaman y se tienen por consagrados al absoluto dominio del género humano, creyéndose poseedores de las llaves del cielo y del infierno, concentren toda la fuerza de su aborrecimiento contra los réprobos, que niegan sus derechos al poder y condenan las manifestaciones todas del poder ese. «¡Exterminio! ¡Exterminio!» Tal es, como en los tiempos de Santo Domingo y de Inocencio III, la divisa de la Iglesia.


Oponemos, a la intransigencia de los católicos, idéntica intransigencia, más como hombres, y como hombres inspirados en la ciencia, no como taumaturgos y verdugos.



Rechazamos terminantemente la doctrina católica, de igual modo que la de todas las religiones afines; luchamos contra sus instituciones y sus obras; nos proponemos desvanecer los efectos de todos sus actos.


Pero sin odio de sus personas, porque sabemos que todos los hombres se determinan por el medio en que sus madres y la sociedad los colocaran; no ignoramos que otra educación y otras circunstancias menos favorables habrían podido embrutecernos también, y lo que principalmente nos proponemos, es desarrollar para ellos, si es tiempo todavía, y para las futuras generaciones, otras condiciones nuevas que curen por fin a los hombres de la locura de la cruz y demás alucinaciones religiosas.


Muy lejos de nosotros está la idea de vengarnos, cuando haya llegado el día en que seamos los más fuertes: no habría cadalsos ni hogueras bastantes para vengar el infinito número de víctimas que las Iglesias, la, cristiana especialmente, sacrificaran en nombre de sus dioses respectivos, en el transcurso de la serie de siglos de su ominosa dominación.


Por otra parte, la venganza no se cuenta entre nuestros principios, porque el odio llama al odio, y nosotros sentímonos animados del más vivo deseo de entrar en una nueva era de paz social. El decidido propósito que nos impulsa, no consiste en hacer uso de «las tripas del último sacerdote para ahorcar al último rey», sino en buscar la manera de impedir que nazcan reyes y curas en la purificada atmósfera de nuestra ciudad nueva.


Nuestra obra revolucionaria contra la Iglesia, empieza lógicamente por ser destructora antes de poder ser constructiva, sin embargo de ser independientes entre sí las dos fases de la acción, aunque bajo diversos aspectos, según los distintos medios.


Sabemos, por otra parte, que la fuerza es inaplicable para destruir las creencias sinceras, las cándidas e ingenuas ilusiones, y por lo mismo no intentamos penetrar en las conciencias para arrancar de ellas las perturbaciones y los sueños fantásticos; mas podemos trabajar con todas nuestras energías a fin de separar del funcionamiento social todo lo que no esté de acuerdo con las verdades científicas reconocidas; podemos combatir sin descanso el error de todos los que se figuran haber encontrado fuera de la humanidad y del universo un punto de apoyo divino, que permite a ciertas especies de parásitos erigirse en intermediarios místicos entre el creador ficticio y sus pretendidas criaturas.


Ya que el temor y el espanto fueron siempre los móviles que a los hombres subyugaron, como reyes, sacerdotes, magos y pedagogos lo han venido a reconocer y a repetir en distintas formas, luchemos sin reposo contra ese vano terror de los dioses y de sus intérpretes, por medio del estudio y de la serena y clara exposición de las cosas.


Combatamos todos los embustes que los beneficiarios de la antigua necedad teológica han propagado en la enseñanza, en los libros y en las artes, y no descuidemos la oposición al infame pago de los impuestos directos e indirectos que el clero extrae de nosotros.


No permitamos que se construyan templos pequeños ni grandes, cruces, estatuas votivas y demás fealdades, que deshonran y envilecen poblaciones y campiñas; agotemos el manantial de esos millones que de todas partes afluyen al gran mendigo de Roma y hacia los infinitos submendigos de sus congregaciones, y por último, valiéndonos de la propaganda diaria arrebatemos al cura los niños que se les da a bautizar, los adolescentes varones y hembras que confirman en la fe por la ingestión de una hostia, los adultos que se someten a la ceremonia matrimonial, los infelices a quienes inician en el vicio por la confesión, los agonizantes a quienes llenan de terror en los últimos momentos de la existencia.


Descristianicémonos y descristianicemos al pueblo.


CAPÍTULO II

Pero, se nos objetará, las escuelas, aún las que se denominan laicas, nos referimos a las de la nación francesa, cristianizan la infancia, es decir, toda la futura generación.


¿Y cómo cerraremos esas escuelas, si nos encontramos ante padres de familia que reivindican la «libertad» de la educación por ellos elegida?


¡He aquí que a nosotros, que siempre estamos hablando de libertad, que no comprendemos al individuo digno del nombre de libre sino en la plenitud de su altiva independencia, se nos opone también la «libertad».


Si la palabra respondiese a una idea justa, deberíamos inclinar la cabeza con respeto para ser consecuentes y fieles a nuestros principios; pero esa libertad del padre de familia es el rapto, la simple apropiación del hijo, que es dueño de sí mismo, y que se entrega a la Iglesia o al Estado para que a su antojo lo deformen.


Se asemeja esa libertad a la del burgués industrial que dispone, gracias al jornal, de centenares de «brazos» y los emplea del modo que le conviene, en trabajos pesados o embrutecedores; es una libertad como la del general que hace que maniobren a su capricho las «unidades tácticas» de «bayonetas» o de «sables».


El padre, heredero convencido del pater familias romano, dispone por igual de hijos e hijas para matarlos moralmente, o, lo que es aún peor, para envilecerles.


De estos dos individuos, padre e hijo, virtualmente iguales para nosotros, el más débil tiene derecho preferente a nuestro apoyo y defensa, a nuestra decidida solidaridad contra todos los que le hagan daño, aún cuando entre ellos se cuenten el padre y hasta la madre que le diera luz.


Si, cual ocurre en Francia, por una ley especial, por la opinión impuesta, el Estado niega al padre de familia el derecho de condenar a su hijo a perpetua ignorancia, los que de corazón estamos de parte de la generación nueva, sin leyes, por la liga de nuestras voluntades, haremos cuanto dependa de nosotros para protegerla contra la mala educación.


Que el niño sea reprendido, pegado y martirizado de mil modos por sus padres; que sea tratado con mimo y envenenado con golosinas y mentiras; que sea catequizado por hermanos de la doctrina cristiana, o que aprenda, con los jesuitas, una historia pérfida y una moral falsa, compuestos de bajeza y crueldad, el crimen es siempre el mismo.


Y nos proponemos combatirle con la misma energía y constancia, solidarios siempre del ser sistemáticamente perjudicado.


No hay duda que mientras subsista la familia bajo su forma monárquica, modelo de los Estados que nos gobiernan, el ejercicio de nuestra firme voluntad de intervención hacia el niño contra los padres y los curas, será de cumplimiento difícil.


Más por esa misma razón deben dirigirse en tal sentido nuestros esfuerzos, porque no existe el término medio: se ha de ser defensor de la justicia o cómplice de la iniquidad.


En este punto plantease también, como en todos los restantes aspectos de la cuestión social, el gran problema discutido entre Tolstoy y otros anarquistas respecto a la resistencia o no resistencia al mal.


Opinamos, por nuestra parte, que el ofendido que no resiste, entrega de antemano los humildes y los pobres a los opresores y los ricos.


Resistamos sin odio, sin rencor ni ánimo vengativo, con la dulce serenidad del filósofo que reproduce exactamente la profundidad de su pensamiento y su decidida voluntad en cada uno de sus actos.


Téngase bien en cuenta que la escuela de hoy, tanto si la dirige el sacerdote religioso como si la regenta el sacerdote laico, va franca y declaradamente contra los hombres libres, cual si fuese una espada, o mejor, como millones de espadas, pues se trata de preparar contra todos los innovadores todos los hijos de la nueva generación.


Comprendemos la escuela, lo mismo que la sociedad, «sin Dios ni amo».


Y, por consiguiente, parécenos funestos todos esos antros donde se enseña la obediencia a un Dios y sobre todo a sus pretendidos representantes los amos de todo género, curas, reyes, funcionarios, símbolos y leyes.


Reprobamos así las escuelas en que se enseñan los supuestos deberes cívicos, es decir, el cumplimiento de las órdenes de los erigidos en mandarines y el aborrecimiento a los habitantes del otro lado de las fronteras, como aquellas otras en que a los niños se repite que han de ser como «báculos en manos de los sacerdotes».


Sabemos que las dos clases de escuelas son funestas y malas en igual medida.


Y cuando fuerza tengamos para ello, cerraremos unas y otras.


«¡Vana amenaza! (dirán algunos con ironía). No sois los más fuertes, y todavía dominamos los reyes, los militares, los magistrados y los verdugos».


Así parece.

Mas todo ese aparato de reprensión no nos da miedo, porque también la verdad es una fuerza poderosa que descubre los horrores que se ocultan en las tinieblas de la maldad; lo demuestra la historia, que se desarrolla en nuestro favor, pues si bien es cierto que «la ciencia ha quebrado», para nuestros contrincantes, no por eso ha dejado de ser un solo momento nuestra guía y nuestro apoyo.


La diferencia esencial que hay entre los mantenedores de la Iglesia y sus adversarios, entre los envilecidos y los hombres libres, consiste en que los primeros, privados de iniciativa propia, no existen sino por la masa, carecen de todo valor individual, se debilitan poco a poco y perecen, mientras qué la renovación de la vida se hace en nosotros por la acción espontánea de las fuerzas anárquicas.


Nuestra naciente sociedad de hombres libres, que penosamente trata de desprenderse de la crisálida de la burguesía, no podría confiar en el triunfo, ni siquiera hubiese nacido, si hubiera de luchar con hombres de voluntad y energía propias.


Pero la masa de los devotos y devotas, ajados por la sumisión y la obediencia, queda condenada a la indecisión, al desorden volitivo, a una especie de ataxia intelectual.


Cualquiera que sea, desde el punto de vista de su oficio, de su arte o de su profesión, el valor del católico creyente y practicante; cualquiera que sean también sus cualidades de hombre, no es, respecto del pensamiento, sino una materia amorfa y falta de consistencia, ya que ha abdicado completamente su juicio, y por la fe ciega se hi colocado de mottu propio fuera de la humanidad que razona.

CAPÍTULO III

Se ha de reconocer forzosamente que el ejército de los católicos tiene en su favor el poder de la rutina, el funcionamiento de todas las supervivencias y sigue obrando en virtud de la fuerza de inercia. Millones de seres doblan espontáneamente las rodillas ante el sacerdote cubierto de oro y seda; empujada por una serie de movimientos reflejos, se amontona la muchedumbre en las naves del templo los días de la fiesta patronal; celebra Navidad y Pascuas, porque las anteriores generaciones celebraron periódicamente esa fiesta; los ídolos llamados la virgen y el niño quedan grabados en las imaginaciones; el escéptico venera sin saber por qué el pedazo de cobre, de marfil o de otra materia tallado en forma de crucifijo; inclínase al hablar de la «moral evangélica», y cuando muestra las estrellas a su hijo, no se olvida de glorificar al divino artífice.


Sí, todas esas criaturas esclavas de la costumbre, portavoces de la rutina, son un ejército temible por su número: esa es la materia humana que constituye las mayorías, y cuyos gritos, sin pensamiento, resuenan y llenan el espacio cual si representasen una opinión.


Pero, ¡qué importa! Al fin, esa misma masa acaba por no obedecer a los impulsos atávicos; se la observa volverse indiferente a la palabrería religiosa que ya no comprende; no ve en el cura un representante de Dios para perdonar los pecados, ni un agente del demonio para embrujar hombres y animales, sino un vividor que desempeña una farsa para vivir sin trabajar; lo mismo el lugareño que el obrero, no temen ya a su párroco, y ambos tienen alguna idea de la ciencia, sin conocerla todavía, y esperando, fórjanse una especie de paganismo, entregándose vagamente a las leyes de la naturaleza.


No cabe dudar que una revolución silenciosa que descristianiza lentamente las masas populares, es un acontecimiento capital; mas no ha de olvidarse que los enemigos más temibles, puesto que no tienen sinceridad, no son los infelices rutinarios del pueblo, ni tampoco los creyentes, pobres suicidas del entendimiento que se ven prosternados en los templos cubiertos por el tupido velo de la fe religiosa que les oculta al mundo real.


Los hipócritas ambiciosos que les sirven de guía y los indiferentes que sin ser católicos se han unido oficialmente a la Iglesia, los que hacen dinero de la fe; esos son mucho más peligrosos que los cristianos.


Por un fenómeno, al parecer contradictorio, el ejército clerical se hace cada vez más numeroso conforme la creencia se desvanece, debido a que las fuerzas enemigas se agrupan por ambas partes; la Iglesia reúne tras sí todos sus cómplices naturales, de los cuales ha hecho esclavos adiestrados para el mando, reyes, militares, funcionarios de toda especie, volterianos arrepentidos y hasta padres de familia que quieren criar hijos modositos, graciosos, cultos, elegantes, si bien guardándose con extrema prudencia de cuanto pudiera parecer un pensamiento.


«¿Qué dice usted? -no dejará de exclamar alguno de esos políticos a quienes apasiona la lucha actual con las congregaciones y el «bloc» republicano, especie de fusión del Parlamento francés-. ¿No sabe usted que el Estado y la Iglesia han roto por completo sus relaciones, que los crucifijos y los corazones de Jesús y María se quitarán de las escuelas para ser sustituidos por bellos retratos del presidente de la República? ¿No sabe usted que los niños serán en adelante preservados escrupulosamente de las antiguas supersticiones, y que los maestros laicos les darán una educación basada en la ciencia, libre de toda mentira, y se mostrarán siempre respetuosos de la humana libertad?».


¡Ah!. Demasiado sabemos que en las alturas surgen diferencias entre los detentadores del poder; sabemos que no están de acuerdo acerca del reparto de las prebendas y el casual; sabemos que la antigua querella de las investiduras se continúa de siglo en siglo entre el Papa y los Estados laicos.


Pero todo eso no impide que las dos categorías de dominadores, los religiosos y los políticos, se hallen en el fondo de acuerdo, aún en sus recíprocas excomuniones, y que comprendan de igual modo su misión divina con respecto al pueblo gobernado; unos y otros quieren someter por los mismos medios, dando a la infancia idéntica enseñanza, la de la obediencia.


CAPÍTULO IV


Ayer todavía, bajo la alta protección de lo que se llama «la República» eran los dueños incontestables y absolutos. Todos los elementos de la reacción encontrábanse unidos bajo el mismo estandarte simbólico, el «signo de la cruz»; pero hubiera sido cándido dejarse engañar por la divisa de esa bandera; no se trataba de fe religiosa, sino de dominación; la inmensa mayoría de los que quieren conservar el monopolio de los poderes y de las riquezas; para ellos el objeto único consistía, en impedir a toda costa la realización del ideal moderno, a saber: pan, trabajo y descanso para todos.


Nuestros enemigos, aunque odiándose y despreciándose recíprocamente, necesitaban, no obstante, agruparse en un solo partido. Encontrándose aislados, las causas respectivas de las castas directoras resultaban excesivamente pobres, de argumentos demasiado ilógicos para intentar defenderse con éxito por si solas, y por lo mismo les era indispensable coligarse en nombre de una causa superior, y recurrieron a su Dios, al que llaman «principio de todas las cosas» y «gran ordenador del universo».


Y por esa razón, teniendo por demasiado expuesto los cuerpos de tropas en una batalla, abandonan las fortificaciones exteriores recién construidas, y se reúnen en el centro de la posición, en la ciudadela antigua, acomodada por los ingenieros a la guerra moderna.


Pero extremadamente ambiciosos, los curas y los frailes, han incurrido en una imprudencia notoria; los jefes de la conspiración, dueños de la consigna divina, han exigido una parte demasiado ventajosa del botín.


La Iglesia, siempre insaciable en la rapiña, exigió un derecho de entrada a todos sus nuevos aliados, republicanos y otros, consistente en subvenciones para todas sus misiones extranjeras, en la guerra de China, y en el saqueo de los palacios imperiales.


De esta manera se han acrecentado prodigiosamente las riquezas del clero; sólo en Francia han aumentado mucho más del doble en los veinte últimos años del pasado siglo; cuéntase por miles de millones el valor de las tierras y de las casas que pertenecen declaradamente a los curas y los frailes; y esto, haciendo caso omiso de los miles de millones que poseen bajo los nombres de señores aristócratas y viejas rentistas.


Los jacobinos ven con buenos ojos que esas propiedades se acumulen en las mismas manos, confiando en que un día, de un solo golpe, se apodere de ellas el Estado. Mas ese remedio cambiaría la enfermedad sin curarla.


Esas propiedades, producto del dolo y del robo, tornaran a la comunidad de donde fueron extraídas; son una parte del gran haber terrestre perteneciente al conjunto de la humanidad.


En su excesiva ambición, las gentes de Iglesia han corriendo la torpeza, por otra parte inevitable, de no evolucionar con el siglo, y llevando además al hombro su fardo de antiguallas, se han retrasado en el camino. Chapurrean el latín, lo que les ha hecho olvidar su idioma; deletrean la teología de Santo Tomás; pero esa trasnochada fraseología no les sirve gran cosa para discutir con los discípulos de Berthelot.


Es indudable que algunos de ellos, principalmente los clérigos americanos, en la lucha contra una joven sociedad democrática, sustraída al prestigio de Roma, han tratado de rejuvenecer sus argumentos, renovando un poco su antiguo esplendor; mas esa nueva táctica de controversia ha sido reprobada por la autoridad suprema, y el misoneísmo, el odio a todo lo nuevo, no se ha llevado el triunfo; el clero queda rezagado, con toda la horrible banda de magistrados, inquisidores y verdugos, poniéndose detrás de los reyes, los príncipes y los ricos, no sabiendo respecto de los humildes sino pedir la caridad en vez de un amplio y un hermoso sitio al buen sol que en la actualidad nos ilumina.


Ha habido hijos perdidos del catolicismo que han rogado al Papa que se declare socialista y se coloque atrevidamente al frente de los niveladores y de los hambrientos; pero en vano; los millones de su «dinero de San Pedro» y su Vaticano es lo que les seduce.


¡Hermoso día fue para nosotros, pensadores libres y revolucionarios, aquel en que el Papa se encerró decididamente en el dogma de infalibilidad!


¡He aquí al hombre cogido en una trampa de acero! Ahí está, sujeto, a los viejos dogmas, sin poder decidirse, renovarse ni vivir, obligado a atenerse al Syllabus, a maldecir la moderna sociedad con todos sus descubrimientos y progresos.


Ya no es otra cosa que un prisionero voluntario, encadenado a la orilla que dejamos atrás, y que nos persigue con sus vagas imprecaciones, mientras nosotros surcamos libremente las ondas, despreciando a uno de sus lacayos que, por mandato de su señor, proclama «la quiebra de la ciencia».


¡Qué alegría para nosotros! Que la Iglesia no quiera aprender ni saber, que permanezca para siempre ignorante, absurda y atada a ese lecho miserable en que yace, que ya San Pablo denominaba su locura: ¡en eso está nuestro triunfo definitivo!.

CAPÍTULO V


Trasladémonos con la imaginación a los futuros tiempos de la irreligión consciente y razonada.


¿En qué consistirá, dadas esas nuevas condiciones, la obra por excelencia de los hombres de buena voluntad?


En sustituir las alucinaciones por observaciones precisas; en reemplazar las ilusiones celestes prometidas a los hambrientos por las realidades de una vida de justicia social, de bienestar, de trabajo libre; en el goce por los fieles de la religión humanitaria, de una felicidad más substancial y más moral que aquel con que los cristianos conténtanse hoy.


Lo que éstos quieren es no tener la penosa tarea de pensar por si mismos y haber de buscar en su propia conciencia el móvil de sus acciones; no teniendo ya un fetiche visible como el de nuestros abuelos salvajes, empéñanse en poseer un fetiche secreto que cure las heridas de su amor propio, que les consuele en sus penas, que les dulcifique la amargura de las horas de malestar y les asegure una vida inmortal exenta de cuidados.


Pero todo eso de un modo personal: a su religiosidad no le preocupan los desgraciados que continúan peligrosamente la dura lucha de la vida; son como aquellos espectadores de la tempestad de quienes habla Lucrecio, que gozan viendo desde la playa la desesperación de los náufragos combatiendo con las olas embravecidas; recuerdan de su Evangelio la vil parábola de Cristo que representa a Lázaro, el pobre «reposando en el seno de Abraham, y negándose a humedecer la punta de su dedo en agua para refrescar la lengua del mal rico»


Nuestro ideal de felicidad no es el egoísmo cristiano del hombre que huye viendo morir a su semejante y niega una gota de agua a su enemigo; nosotros, los anarquistas, que trabajamos por nuestra entera emancipación, contribuimos por esto mismo a la libertad de todos, aún a la de aquel mal rico, a quien libraremos de sus riquezas para asegurarle el beneficio de la solidaridad de cada uno de nuestros esfuerzos.


No se concibe nuestra victoria personal sin obtener por medio de ella al propio tiempo una victoria colectiva; nuestra ansia de dicha no puede satisfacerse sino con la dicha de todos, porque la sociedad anarquista, muy lejos de ser una corporación de privilegiados, es una comunidad de iguales, y será para todos una dicha inmensa, de la cual no podemos actualmente formarnos una idea, el vivir en un mundo en que no se vean niños maltratados por sus padres ni obligados a recitar el catequismo, hambrientos que pidan céntimo de la caridad, mujeres que se prostituyan por un pedazo de pan, ni hombres válidos que se dediquen a ser soldados o polizontes, desprovistos de medio mejor de atender a su subsistencia.


Reconciliados todos, porque los intereses de dinero, de posición, de casta, no harán enemigos natos, los hombres podrán estudiar juntos, o tomar parte, si sus aptitudes personales se lo permiten, en la redacción del gran libro de los conocimientos humanos; para acabar, gozarán de una vida libre, más amplia cada vez, poderosamente consciente y fraternal, librándose de este modo de las alucinaciones, de la religiosidad y de la Iglesia, y, por encima de todo, podrán trabajar directamente para el porvenir, ocupándose de los hijos, gozando con ellos de la naturaleza y guiándolos en el estudio de las ciencias, de las artes y de la vida.


Los católicos pueden haberse apoderado oficialmente de la sociedad; más no son, no serán sus amos, pues sólo sabe ahogar, comprimir y empequeñecer: todo lo que es vida se les escapa. En la mayor parte la fe ha muerto: no les queda ya sino la gesticulación piadosa, las genuflexiones, los oremus, el repaso del rosario y el coronamiento del libro de oraciones. Los buenos curas se ven obligados a echarse fuera de la Iglesia para encontrar un asilo entre los profanos, es decir, entre los confesores de la fe nueva, entre nosotros, anarquistas y revolucionarios, que vamos hacia un ideal y que trabajamos gozosamente en su realización.


Fuera, pues, de la Iglesia, en absoluto fracasada para todas las esperanzas grandes, cúmplese todo lo grande y generoso. Y fuera de ella y aún a pesar suyo, los pobres, a quienes los curas prometían irónicamente las riquezas celestiales, conquistarán por fin el bienestar en la vida actual. A pesar de la Iglesia se fundará la verdadera Comuna, la sociedad de los hombres libres, hacia la cual nos encaminaron tantas revoluciones anteriores contra los reyes y contra los curas.

¿Un Tal Jesús fundó alguna religión?

¿CUÁL RELIGIÓN FUNDÓ JESÚS?

En esta Semana Santa es bueno conocer cuál es la religión verdadera...

Escucha el Audio















RAQUEL Por medidas de seguridad y por deseo expreso de nuestro entrevistado, Jesucristo, quien nos ha dicho que ya en pocos días dará por concluida su segunda venida a la tierra, hemos regresado a Galilea, aunque no identificaremos la ubicación de nuestra unidad móvil.

JESÚS Sí, Raquel, ya va llegando la hora de irme…

RAQUEL Son muchos los temas que hemos podido abordar y sus declaraciones han sido audaces. Sin embargo, la audiencia de Emisoras Latinas manifiesta que tiene hoy más preguntas que respuestas.

JESÚS Ésa sería una buena cosecha, una mies abundante. Cuando uno se hace preguntas, entonces busca.

RAQUEL Dicen que todas las religiones buscan a Dios.

JESÚS Las religiones ayudan sólo durante un tiempo. Después, hay que ir más allá de la religión.

RAQUEL Usted es considerado el fundador de una religión, la religión cristiana, la que domina en Occidente.

JESÚS Yo no fundé nada, Raquel. Y menos para dominar. Yo quise servir. Y busqué a Dios desde la religión de mis padres, la religión judía…

RAQUEL ¿Y qué encontró?

JESÚS El Templo, los sacerdotes, la ley del sábado, ayunos, la retahíla de oraciones, los fariseos creyéndose los primeros, ritos, sacrificios, sangre...

RAQUEL ¿Todo negativo?

JESÚS No, encontré a los profetas que hablaban con mucha pasión por la justicia. Que sacaban la cara por las viudas y los huérfanos. Y siguiendo su ejemplo, comencé a proclamar el Reino de Dios…

RAQUEL ¿De ahí partió su movimiento?

JESÚS Sí. Decíamos: Dios no quiere sacrificios sino amor. Decíamos: ni en este templo ni en el otro. Decíamos: los últimos serán los primeros… La gente encontraba un camino, una verdad, una vida.

RAQUEL Entonces, fundó otra religión, la religión cristiana, donde usted es el camino y la verdad.

JESÚS No, Raquel, te repito que yo no fundé ninguna religión. Yo aprendí que para encontrar a Dios hay que ir más allá de cualquier religión.

RAQUEL Y cuando lleguemos “más allá” de las religiones… ¿dónde encontraremos a Dios?

JESÚS Donde siempre ha estado. En la calle, en medio de la gente, en la vida, en la fiesta, en la compasión, en la justicia, en el amor…Hasta en los lirios del campo y en los pájaros del cielo… Cuando ya nada es sagrado, todo comienza a ser sagrado.

RAQUEL Señor Jesucristo, en el planeta Tierra viven hoy más de 6 mil millones de personas, y por lo menos mil millones lo ven a usted como el Enviado de Dios. Más aún: lo adoran a usted como a Dios.

JESÚS ¿Cuántos dijiste? ¿Mil entre seis mil?... ¡Al menos, no son mayoría!

RAQUEL ¿Y qué les dice a ellos, a los cristianos, a quienes han puesto su fe en usted y en sus palabras?

JESÚS Que busquen a Dios como yo lo busqué. Quien busca encuentra y al que llama se le abre. Yo no soy la casa, yo sólo fui una puerta. Entren y salgan. Libremente. Y vayan más allá. Más allá de mí.

RAQUEL Y a los miles de millones que no son cristianos, a los que creen en otras religiones o no creen en ninguna, ¿qué les diría?

JESÚS Lo mismo, Raquel. Porque la casa de Dios está abierta para todos los hombres y mujeres sin distinción. Y tiene muchas puertas, y hay espacio de sobra, y corre aire fresco por ella, como aquí, en mi tierra, en esta Galilea de los gentiles.

RAQUEL Desde algún lugar de Galilea, en el norte de Palestina, reportó Raquel Pérez, Emisoras Latinas.

LOCUTOR Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

miércoles, abril 20, 2011

SEmana sanTA






















El origen del CAPIROTE esta en los comienzos de la INQUISICION, cuando a las personas que estaban castigadas por motivos religiosos, políticos o ideológicos se les imponía la obligación de usar una prenda de tela que cubría el pecho y la espalda, llamada SAMBENITO, además de un CAPIROTE o CUCURUCHO de tela, Cartón u otro material, que deben llevar colocado encima de la cabeza, en señal de la penitencia que les había sido impuesta. Con estas prendas penitenciales vemos gran cantidad de procesiones y actos de INQUISICION en obras pictóricas desde finales del siglo XV cuando se instituyo la INQUISICION, hasta finales del siglo XIX cuando la INQUISICION fue sustituida por la GUARDIA CIVIL. Por lógica transposición del sentido penitencial, fue adoptado por algunas cofradías de SEMANA SANTA y aun por instituciones y cofradías que desarrollan sus actos en otros momentos del ciclo litúrgico.

viernes, abril 15, 2011

Durito y una de Estatuas y Pájaros

Dice Durito que el Poder crea estatuas pero no para escribir o recrear su historia, sino para prometerse a sí mismo la eternidad y la omnipotencia.

"Para contar la historia del Poder", dice Durito, "basta con describir las estatuas que en la geografía del tiempo y del espacio hay en el mundo".

"Porque", dice Durito que, "donde faltan las razones abundan las estatuas. Cuando el Poder no es todavía Poder sino está en lucha por serlo, sus dogmas se hacen declaraciones de principios, programas, planes de acción, en suma, son estatuas en proyección. Cuando el Poder se hace de la silla del Poder, sus dogmas se hacen leyes, constituciones, reglamentos, en suma, son estatuas de papel que luego son estatuas de piedra".

"Al Poder no le importa el consenso, el acuerdo, la palabra que nace a uno y a otro. Le interesa la dominación. El acuerdo legitima, el Poder legaliza. En el Poder, la carencia de legitimidad se soluciona con dogmas, es decir, con estatuas".

Dice Durito que una estatua es una VERDAD (así, con mayúsculas) que esconde debajo de la piedra su incapacidad para demostrar nada y la arbitrariedad de su existencia. Porque, según Durito, así como la "verdad" es la afirmación propia y la marginación de lo otro, de lo incomprensible; una estatua es la afirmación propia del dominador y la marginación del dominado."Pero resulta que la historia rueda, a los tumbos, pero rueda", dice Durito, "y el vencedor del hoy de la estatua ni siquiera es recordado en el mañana que somos, por más que los letreros nos digan, inútilmente, que "ésta es la estatua del Marqués de la Verdad Eterna, etcétera". El mundo "inteligente" del Poder aparenta complejidad pero es bastante sencillo, está compuesto de dogmas y estatuas. Y la genealogía del Poder se basa sólo en la discusión intelectual de qué fue primero, el dogma o la estatua".

"Hay quienes hacen de nuestras palabras una estatua (o un dogma, pero es lo mismo). Unos hacen piedra nuestro pensamiento, para luego derribarlo delante de muchos reflectores, en mesas redondas, revistas, columnas periodísticas, discusiones de café. Otros convierten en dogma nuestra idea, le ponen incienso y luego la cambian por otro dogma, más de moda, más a la medida, más ad hoc".

Dice Durito que unos y otros ignoran que el zapatismo no es ni dogma ni estatua, el zapatismo, como la rebeldía, es apenas uno entre miles de pájaros que vuelan.

"Como cualquier ave, el zapatismo nace, crece, canta, se reproduce con otro y en otro, muere y, como es ley que hagan los pájaros, se caga en las estatuas", dice Durito mientras vuela y trata de adoptar, inútilmente, un "aire entre tierno y duro, como un gorrión"Desde las montañas del Sureste Mexicano.













Subcomandante Insurgente Marcos
México, mayo del 2003.

De utilizar el LAPiZ

De utilizar
el lápiz

De utilizar el lápiz, viajaré despacio para
observarte

De utilizar el lápiz, guiaré esperanzas al
rescate

De utilizar el lápiz, tendré libertad para
expresarme

De utilizar el lápiz, venceré y perderé en
batallas no tan lejanas

De utilizar el lápiz, describiré el golpe al
pecho de un hombre

De utilizar el lápiz, romperá con las
taciturnas miradas del hombre

De utilizar el lápiz, veré y sentiré como me
veo en el espacio

De utilizar el lápiz, haré una canción para el
desahogo colectivo

De utilizar el lápiz, dispararé en esas
batallas de la vida

De utilizar el lápiz, aprenderé sobre el arte
de escribir

Porque todos en la vida no nacemos
aprendidos

Solo caminamos, nos enamoramos,
viajamos y recreamos

No por eso se lleva el lápiz
El lápiz debe estar presente en las
experiencias

El lápiz literalmente no es el lápiz
Es mi alma joven y embriagada de cosas
nuevas

La que describe lo que siente con el lápiz
















Mijaíl Martínez
del poemario “El Viajero” parte I
Tomado del Libert@rio 62

sábado, abril 09, 2011

De nuevo en SAN CRISTOBAL otro Circo que maltrata los Animales

NATA. agencia de Noticias Alternativas TAchira
Pueblo Nuevo. 09 de Abril 2.011

Bajo la aprobación, mirada y aplauso cómplice del gobierno Municipal de San Cristóbal y el Gobierno Regional del Táchira, los Empresarios Circenses hacen de las suyas, engaño, dinero y maltrato; sus mejores aliados, los llamados medios de información no dicen nada, al contrario, apoyan la alienación y barbarie al sonar sus cuñas publicitarias.

Ubicado en el Sector Pueblo Nuevo, al lado de la Iglesia Corpus Christi está instalado con sus enormes carpas EL CIRCO DE MEXICO. Dentro de estas se vende un indefenso show del cual toda la familia puede disfrutar amenamente, pero en realidad ¿Eso es? ¿Será indefenso sacar a los animales salvajes de su habitad para encerrarlos, encadenarlos, maltratarlos?. ¿PRIVAR DE SU LIBERTAD para siempre a un ser que siente, será arte, entretenimiento y diversión?.
















Si Ud. está pensando en llevar en estos días a sus hij@s, amig@s o familiares al Circo es bueno que conozca ¿QuE hay detrás de este ESPECTACULO DE LA MISERIA?: CADENAS, AHORCAMIENTO, HUMILLACION, DESESPERACION, FRIO, GOLPES, HAMBRE, SOLEDAD, SED, MIEDO, LATIGAZOS, DOLOR, SOFOCAMIENTO Y ASFIXIA, HIERRO CON GANCHOS, ENCIERRO, DESOLACION, BOZALES.

















Lo que a nosotr@s los humanos nos ha hecho creer la publicidad sobre los Circos, seguramente para los Animales significa algo muy distinto. Enseñemos a nuestr@s niñ@s, amig@s y tod@s l@s que nos rodean el valor de la vida de los seres vivos, solo así podremos terminar con tanto maltrato hacia los animales, recordemos que ellos también SIENTEN Y SUFREN como todo ser vivo. LUCHEMOS POR UN MUNDO SIN CRUELDAD, POR UN CIRCO SIN ANIMALES.

Escucha el micro radial EL CIRCO Y LOS ANIMALES


Mira este CLip


RAJULi Escuela itinerante de ComunicaciOn Popular
Otra RAdio, otRA ComunicaciOn, Otra Escuela, otRo Mundo.

miércoles, abril 06, 2011

Después del amor

Después del amor
Tus pupilas hacen
Un juego de luces
Se contraen
Al contraluz de mis pies
Se dilatan
A la sombra de un beso

En total claroscuro
Tus manos rama
Vienen en procesión
Abrazos multiformes traen
Tu cuerpo luz
Se funde con la mañana
Y el sol
Ya no es el sol
Es gota de sal
Savia común
Después del amor




LD.=. k



martes, abril 05, 2011

Video: Cacique Sabino: “Seguimos resistiendo”

En un evento en la Universidad Simón Rodríguez, organizado por varias organizaciones sociales, el cacique, Sabino Romero, explica la historia de su lucha por la demarcación de las tierras ancestrales de los Yukpas, por la que ha sido perseguido y encarcelado.















El Cacique, describe, como agentes poderosos, los han despojado, calumniado, fabricado y montado acusaciones, por no ceder en la batalla que mantiene para recuperar las tierras que les han sido arrebatadas por los “guaitías”.



Fuente: EL PUEBLO SOBERANO.NET

sábado, abril 02, 2011

Abril












Abril es como el ave Fénix
vuelve a aletear se despereza
alza su pico
algunas cenizas aún se van con el viento
canta otra vez tan fuerte
que el corazón se crece y los latidos se aceleran
tanto como esa muchacha bonita que pasa y se sienta a mi lado
escucho una canción al oído, un grito, muchas voces
se prepara para volar alza vuelo y le pregunto su nombre
Abril y esperanza me toma de la mano
Amor
resurrección infinita
vuela grande el ave misteriosa
y tu y yo nos encontramos.

Por: Luis Perales (Don Argimiro)

Venezuela: Siete preguntas sobre el recientemente aprobado Plan Integral de Educación Militar






















1) ¿Qué es el Plan Integral de Educación Militar (PIEM)?

- Es un plan publicado en la Gaceta Oficial número 39.641, de fecha 24 de marzo de 2011, que tiene como objeto “formular, con una visión de largo plazo, las políticas, estrategias, objetivos y líneas generales de acción, para orientar los procesos de planificación y coordinación, organización, ejecución, control y evaluación de las actividades educativas de la Modalidad Educativa Militar” por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

2) ¿El PIEM solamente afecta a los miembros de la FANB?

- No. La ley establece que la denominada “Educación para la Defensa Integral” es un eje integrador del Sistema Educativo Nacional. La Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional impulsa la aplicación de la gestión de la modalidad educativa militar, más allá de los ámbitos castrenses, a objeto de “integrar a la sociedad venezolana en defensa de la patria”. Por ello se establece que la “Educación para la Defensa Integral” debe transversalizar al Sistema Educativo Nacional, a los fines de “promover, integrar y facilitar la participación social en la defensa de la soberanía, la identidad nacional e integridad territorial, en coordinación con los órganos nacionales con competencia en materia educativa”.

3) ¿De qué manera se establecerá el PIEM en el país?

- El Ministerio de la Defensa implementará “círculos de estudio y trabajo” en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana cuya temática estará centrada en la “Educación para la Defensa Integral”. Por otra parte los civiles, tras la coordinación entre los despachos Viceministerio de Educación para la Defensa, Ministerio del Poder Popular para la Educación y Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, que cursen estudios en los subsistemas de educación básica y universitaria, ya sean públicos o privados, estudiarán de manera obligatoria la materia “Educación para la defensa integral”. Esta materia será implementada por parte de la Milicia Nacional Bolivariana, “a los fines de garantizar el cumplimiento de su misión, la cual estará orientada al entrenamiento, preparación y organización del pueblo para la defensa integral de la nación”.

4) Para los y las civiles ¿Cuáles serán los contenidos de la materia Educación para la Defensa Integral?

- Según la ley los contenidos estarán basados en el llamado “Nuevo Pensamiento Militar Venezolano”, cuyos objetivos generales son 1) Profundizar en la conformación de una capacitación del talento humanos para solidificar las dimensiones cívico-militares y 2) Difundir la importancia del pensamiento de los precursores, emancipadores y próceres venezolanos a fin de afianzar los valores en lo relativo a la identidad nacional”. Los contenidos concretos de la materia serán definidos por el Viceministerio de Educación para la Defensa.

5) ¿Desde cuándo entra en vigencia el PIEM?

- A partir de su publicación en la Gaceta Oficial, lo cual se hizo el pasado 24 de marzo de 2011.

6) ¿En qué leyes y normativas se fundamenta el PIEM?

- Según lo publicado en Gaceta Oficial en los artículos 102 y 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV); Artículo 30 de la Ley Orgánica de Educación (2009); Artículos 115 y 116 de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (2009); Artículos 1 y 3 de la Ley de Universidades (1970); Artículos 8, 9 y 10 del Reglamento Educativo Militar y Artículos 2 y 9 de la Normativa General de los Estudios de Postgrado para las Universidades e Institutos debidamente autorizados por el Consejo Nacional de Universidades (2005). La justificación del plan argumenta como base la Constitución, pues la misma “contempla un proyecto país, cuyas normas imponen la necesidad de implementar un nuevo modelo de Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que satisfaga las exigencias que demandan los procesos de transformación a nivel nacional, regional y hemisférico”. Se afirma que la Educación Militar “ha sido reconocida por el Estado como fundamental para alcanzar los fines de Seguridad, Defensa y Desarrollo Integral de la nación (…) La Educación Militar cobra más fuerza y preponderancia con la publicación de la Ley Orgánica de Educación por cuanto asegura el cumplimiento de la FANB, contenida en la CRBV, además de contribuir con el “Estado Docente” en la promoción, integración y facilitación de la participación social de la ciudadanía en la defensa de la soberanía, la identidad nacional e integridad territorial. En consecuencia se establece una nueva orientación que no sólo se circunscribe a la dimensión militar, toda vez que proporciona herramientas jurídicas para la promoción y consolidación de la unión cívico-militar en el seno de la sociedad venezolana, las cuales permiten fortalecer la interrelación del pueblo con la FANB”.

7) Si no estamos de acuerdo con la materia “Educación para la Defensa Integral”, ¿Qué podemos hacer?

- Esta normativa no es irreversible y se fundamenta en una particular interpretación de la Constitución y en la progresiva promulgación de artículos, dentro de leyes, que de manera antidemocrática están imponiendo el proyecto denominado “Socialismo del Siglo XX!”. Por otra parte es falso que la defensa de la independencia y la soberanía, lo que sea que entendamos por estos conceptos, deba pasar por formar parte, de manera directa o indirecta, de las Fuerzas Armadas. Esta normativa anula el derecho constitucional a la objeción de conciencia, artículo 61, bajo la cual muchas personas rechazamos ser parte, de cualquier manera, en ejércitos y/o planes militares. El propio artículo 350 de la CRBV establece que “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”. De cualquier manera, solo la organización, movilización y denuncia de la gente desde abajo es la que limita las arremetidas opresoras de cualquier poder y las que podrán enfrentar la progresiva militarización de la sociedad venezolana.






















Por: Rafael Uzcátegui