Calle Principal de Piñango. Estado MErida
Piñango está ubicado en el Municipio
Miranda del estado Mérida, con una altitud de 2.320 msnm en la ladera
noroeste de la Sierra La Culata, un tanto “escondido”, pero muy tranquilo,
ideal para los “AmAntes” del Silencio, quienes allí viven se dedican al cultivo
de hortalizas y flores, y la ganadería de altura. Como todo pueblo Andino,
tiene gente con mucho “KH” Kalor Humano para ofrecer a sus visitantes, cabe
decir, y según sus propios pobladores no mucha gente se anima a visitarle, debe
ser por lo “escondido”, pues, por lo demás vale la pena visitarle, tripearse el
recorrido por la angosta y precipitosa vía, disfrutar de los majestuosos
paisajes y ni hablar del clima paramero a sentir.
En mi caso realicé la visita a
Piñango por la ruta que va desde el Pico Águila o collado del Cóndor (el
llamado punto de carretera más alto de Venezuela a unos 4.118 msnm), me
esperaba un total de cuarenta y dos kilómetros (42km) a recorrer, ¿En qué
tiempo? … no lo sabía, pues decidí irme caminando para disfrutar-sentir
el Mágico y energético clima del Parque Nacional Sierra de la Culata; cuando ya
pude observar desde un visitado mirador (en época de nevada) el Domo o “mole
rocosa” de la Culata y viendo la hora en mi reloj, me dispuse a pedir cola o a
esperar el rústico que presta su servicio en la ruta; y así fue, en la
solitaria carretera una compañerA “paramerA” se detuvo y me dió un aventón
hasta la comunidad EL HATICO ubicada a 3.390msnm, aproveché para lanzar
unas gráficas en el sector (muy solitario, pocas casas), espere unos 10 minutos
el rústico y logré subirme a un ambiente caluroso de gente muy simpática… desde
el HATICO hasta PIÑANGO aún restaban dieciocho kilómetros (18km), tiempo
suficiente para charlar con otrA CompañerA del Sector llamada Maya,
quien me contó entre tantas cosas que en San Cristóbal (Comunidad antes de
Piñango) se estaban celebrando fiestas patronales.
Hasta Piñango se puede ir en un vehículo
pequeño “guerrero”, la carretera está en buen estado, encontraremos gran
trayecto a recorrer asfaltado, y ya faltando unos cuarenta minutos para
llegarle a Piñango (aparecen las curvitas y bajadotas muy pronunciadas) del
asfalto pasamos al concreto una larga carretera “tipo cinta” para los cuatro
cauchos. Bajarás, bajarás y bajarás. . . (de allí que a mi parecer Piñango es
uno de los Pueblos más escondidos de Los Andes Venezolanos), hasta que por fin
verás el campanario de la iglesia C. y parte del pueblo, de la lado izquierdo
podrás ver una carretera de tierra, es la que lleva a la comunidad de Caja Seca
del Estado Zulia, ya sabrás que llegas al Piñango.
Al entrar al pueblo me conseguí a
dos niñ@s, andaban bicicleta, jugaban, reían, les lancé un foto, sonrieron mAs…
encontré poca gente caminando por las calles, tal vez cinco niñ@s, y cuatro
personas adultas, entre ellas al Compañero Albarrán con quien tuve el gran
gusto de compartir una amena tertulia, me habló de manera muy entusiasta sobre
la cabalgata anual que hacen en el pueblo, “es un reencuentro de amigos
y apasionados por los caballos” de igual manera me habló, y con mucho
orgullo de la fundación de su pueblo (la historia data de 1.619), el por qué se
llamó en un tiempo el “pueblo de la Sal” y más aún Piñango “la Capital
del Bolo andino” (tal cual lo dice un aviso a la entrada del pueblo). Yo creí
que el nombre de Piñango era por las “muchas peñas”, pero, no, nada que ver, me
dijo el Sr. Albarán, quien es maestro jubilado, dedicado hoy día al
negocio-bodega-abasto (lugar donde aproveché de tomarme una curda blanca y
entablar conversación) que le dejó su padre de herencia, que “Piñango
se debe al nombre del hombre que gobernó Mérida en el año 1.830, Judas Tadeo
Piñango”.
Llegada la hora de regresar a mi
destino de hospedaje, la comunidad de Apartaderos, me despedí del Sr.
Albarrán y su hija Diocelina (una joven simpática y vehemente del
pueblo), quien luego se sumó a la tertulia y a quien le interesó el tema de
cierre, un taller de radio comunal para el pueblo.
Con la alegría de haber llegado a
este lugar de Venezuela, compartido la palabra libre, el kalor humano, los
sueños y el camino me despedí de Piñango y su gente. Aspiro volver pronto para
seguir el camino Libertario.
SaLud.
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