Maria de los
Ángeles Peña
Sabemos, nosotras
mujeres de esta tierra, hijas de la luna y del sol, que desde hace tiempo ya
los bachacos del poder, la impunidad y el olvido comieron tus raíces, aquellas
que han debido florecer para recordarte la gran tarea histórica de acompañar a
los pueblos indígenas de Venezuela en sus gritos de tierra, salud, justicia.
Te empeñaste con
Sabino Romero. Lo ignoraste cuando fue a pedir apoyo en las puertas de tu
despacho. De allí en adelante te has dedicado a vilipendiar la lucha por la
tierra, a acusar los aliados de contrarrevolucionarios y sobre todo no has
escatimado esfuerzo ni recursos para dividir al pueblo yukpa entre funcionarios
del ministerio y “salvajes” que según tú ,son los que están manipulados.
Siendo inocentes
Sabino Romero y Alexander Romero fueron a la cárcel. Soportaron meses sin ver
luz de día, bebieron agua sucia hasta vomitar y defecar sangre, sus familiares
soportaron vejaciones por parte del ejército y guardias de seguridad cuando
iban a las visitas en sus celdas privados de libertad, sus compañeras, madres,
esposas tuvieron que aguantar el irrespeto de los hombres que les requisaban
sus partes íntimas burlándose de su dolor. De lo contrarió, no las dejaban ver
a sus presos. Y siempre, aun y cuando mucho pudiste haber hecho para demostrar
su inocencia, nada hiciste para que la verdad saliera.
El pasado mes de
abril, dos hermanos yukpas fueron asesinados en plena jornada de cacería. Ayer,
sicarios apagaron la vida de tres hermanos más. A Alexander Romero, el fuego de
las balas les atravesaron sus ojos, los mismos ojos que te negaste a ver.
Estará quizá con su creador Kemoko, ojalá atravesando la Sierra con su
compañera asesinada también estando aun embarazada.
Nos indignamos
ante tanta injusticia. Y nos indignamos mas al saberte tan ajena del dolor del
pueblo yukpa. No te solicitamos ningún pronunciamiento porque sabemos que tu
árbol está sostenido por la colonialidad del poder que has heredado y que has
expuesto como la mejor de las alumnas.
Solo tu
conciencia la veras al verte desnuda sin cargo, sin título, sin asistentes,
solo tu conciencia…mientras tanto sé,sabemos que:
Nada hiciste.
Nada dijiste. Nada dirás.
24 de junio de
2012