No sé, pero uno está ardiendo de
amor. Hay una llama inextinguible. Uno
tiene tanto de ese amor que desea darlo a todos, y lo hace. Es como un río poderoso que fluye, nutriendo
y regando cada ciudad y aldea por las que pasa; se contamina, la suciedad del
hombre entra en él, pero las aguas se purifican pronto y rápidamente prosigue
su curso. Nada puede estropear el amor,
porque todas las cosas se disuelven en él -las buenas y las malas, las feas y
las bellas. Es la única cosa que tiene
su propia eternidad.
Jiddu Krishnamurti
Cartas de J. Krishnamurti a una
amigA