RutyAndo

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viernes, diciembre 13, 2013

A y A




miércoles, diciembre 11, 2013

lunes, diciembre 09, 2013

PErrO AmoR EXplotA



En un país de mudos se escucha un gran silencio
No se percibe que algo va a pasar
Se esconde lo sublime detrás de un nuevo engendro
Que derrama baba sobre la ciudad
Adrenalina desalmada
Abre grietas hondas
Nada recicla esta contención
El choque no se puede evitar

Esta tan contenido que se hace invisible
Y es lava hirviendo abajo de tu hogar
Jadea de alegria apenas huele sangre
y no se conforma con alucinar

Muy lejos del mar
Se enciende otra sal
crece en sus ojos
Como un destello que no te deja dormir

Hambre de perro fiero
Oliendo tu dulzura
Y cuando esta caliente
Muerde la yugular
Mata porque quiere morir
Pero no sabe como
No quiere ser feliz
Ni quiere descansar

Mira adonde dejas la basura
Que el amor explota
Nadie esta a salvo de la locura
Perro amor te toca

Muy lejos del mar
Se enciende otra sal 
lleva en sus ojos
señas de un tiempo 
que pronto está por venir

Perro caliente no deja nada
El amor explota
Perro con hambre, perro con bolas
El Amor explota
acorralado te mete balas
el amor explota
un amor perro no se controla
El amor explota.

sábado, diciembre 07, 2013

Entre dos mundos

Eric Blair y Aldous Huxley
Las dos utopías socio-políticas negativas más notables del siglo XX fueron la de Aldous Huxley, autor de Un mundo feliz publicada en 1932, y la de Eric Blair, conocido como George Orwell, quien en 1949 publicó su 1984. 

Orwell presenta una tenebrosa sociedad totalitaria en la que el Estado concentra cada vez más poder en la figura del omnipresente Gran Hermano que todo lo vigila y controla. El Gran Hermano se transformó en una de las metáforas más acertadas para simbolizar el control ejercido por el Estado sobre los ciudadanos. Huxley, por su parte, no presenta una figura poderosa que ataca la autonomía de las personas, ni su historia ni su capacidad de crecimiento sino que, en su profecía, la gente no sólo no se resiste a los recursos con los que el opresor aniquila su capacidad de pensar sino que se entrega a él voluntaria y alegremente. 

Si la preocupación de Orwell era alertarnos acerca de quienes nos privan de la información, de los libros, de la comunicación libre, en fin, del acceso a la verdad, la de Huxley era la opuesta ya que anticipaba que el alud de información nos reduciría a una total pasividad y será inútil prohibir los libros porque a nadie le interesará leerlos, ni será necesario ocultar la verdad porque pasará inadvertida en la cantidad de trivialidades generadas por la propaganda y el entretenimiento. 

Huxley sostiene que, debido a la tecnología avanzada, la gente vivirá bien, incluso entre placeres y lujos, pero espiritualmente devastada. Al convertir a las personas en audiencia, distrayéndolas con lo baladí, paralizadas con la distracción perpetua, se logrará sin esfuerzo que el diálogo público no supere el nivel infantil y la política en nada se diferenciará de un show televisivo. Agotados por la diversión, se entregan al opresor que va ocupando el lugar del pensamiento con lo irrelevante, el absurdo y lo grosero, sin que siquiera se reconozcan que lo son. 

Puede que en estos tiempos en el mundo no haya muchos hermanos grandes, excepto en Cuba, Corea del Norte y en algunos más, al menos ostentosos, aunque sin duda los hay de forma más sutil y tecnológicamente más desarrollados (véase lo recientemente revelado en los casos Snowden y Wikileaks). En cambio, a ojos vista abunda el entretenimiento que nos ahoga y que lleva hasta postergar la búsqueda de placer y felicidad. 

En Venezuela podemos decir que la polarización que se nos quiere imponer corresponde con estas dos utopías. Por un lado, quienes se sienten atrapados en la profecía orwelliana de un régimen totalitario y son testigos a diario de puertas que se van cerrando mientras que se acumulan los lamentos de las víctimas del hermano grande que, omnipresente, oprime sin pausa quedando para muchos el yo interior como único refugio. Por el otro, los que viven la profecía de Huxley, en la que a nadie parece importarle la perdida libertad en medio de una aturdidora diversión, agradeciendo como limosna lo que antes se tenía por derecho, en situación de embotado conformismo acrítico. Resumiendo, fuera de losenchufados en el aparato del gobierno, pareciera que los venezolanos se dividen en atormentados por la opresión o insulsamente satisfechos con lo que hay, aunque sea poco y nada. Romper con esa imposición es el reto que asumimos desde el anarquismo. 

PP



miércoles, diciembre 04, 2013