[El Libertario # 18,
junio-julio 2000]
El texto siguiente va
cómo un recordatorio de por qué para l@s anarquistas el Primero de Mayo tiene
un significado tan especial, pero también como homenaje a su autor Antonio
Serrano (1919-2008), veterano combatiente de la revolución española y del ideal
anarquista, quien fuese un animador fundamental de El Libertario hasta su
último aliento.
Ven ¡oh! Mayo
Dicen las gentes
Te saludan los trabajadores
Dulce pascua de los
productores
Ven ¡oh! Brille
Tu espléndido sol
(1ra. estrofa del Himno al
Primero de Mayo, de Pietro Gori, abogado, poeta y anarquista italiano)
Para cuantos llegan hoy a ocupar
un puesto de trabajo, sea fábrica, taller, obra, prestación de servicios etc.,
se tienen leyes que rigen la normativa laboral, pero ya con antelación, bien en
el hogar, información transmitida por informativos y posiblemente en el curso
de su preparación escolar, conoció la existencia de la Fiesta del Primero de
Mayo, como "Fiesta o Día de los Trabajadores". Alguien pudiera llegar
a creer, que ésta "fiesta" ha sido de siempre, y muchos habrá, que no
sepan de su origen ni del por qué se ha llegado hacer del Primero de Mayo en el
mundo entero, Fiesta Nacional de los Trabajadores. Aunque los hechos reales que
llevaron a la instauración de la jornada de trabajo de ocho horas de duración,
acaeció casi a finales del siglo XIX, no ha sido hasta bien entrado el siglo XX
cuando ha llegado a tomar cuerpo ésta jornada como fiesta de la clase obrera.
Desde muy antiguo hubo quejas y
protestas por la larga jornada laboral, hay señalamientos en el siglo XIX, pero
es a raíz de la Revolución Francesa y el desarrollo que tomaron las ideas
socialistas, buscando siempre como mejorar la situación de la clase
trabajadora, que son muchos los señalamientos históricos que poseemos desde principios
del siglo XIX hasta culminar en los hechos de Chicago en 1886, cuya dolorosa y
cruel tragedia impulsa al mundo del trabajo a una lucha constante y permanente
por la mejora del horario laboral que culmina en la conquista de las ocho horas
de trabajo y la declaración del Primero de Mayo como Día Internacional de los
Trabajadores.
Desde 1883 a 1886, en todos los
congresos obreros anuales como regionales en los EEUU, se ha discutido y
aprobado formas de actuación para lograr la reducción de la jornada laboral. El
secretario de la A.F.L. Frank K. Forte: "reconoce el fracaso de cuanto intento
ha hecho a las cámaras legislativas y entrevistas y solicitudes a
representantes y legisladores". Los trabajadores resuelven obrar
directamente, "acción directa", manifestaciones y protestas corren
por todo el país, desde Washington a Nueva York, Chicago, Pittsburg.
Chicago se había convertido en el
centro más activo de la acción de protesta reivindicativa por la jornada de
ocho horas. Periódicos como Arbeiter Zeitung en alemán,
dirigido por Augusto Spies, El Alarm en inglés, por Albert
Parsons; Schwab y Spies redactaban el Vorbete y Die
Fakel, ambos semanarios. En torno a estos periódicos unos diez grupos
anarquistas que reunían cerca de dos mil miembros, todo un núcleo de brillantes
militantes, agitadores que actuaban sin límite ni descanso.
El descontento de la clase obrera
había llegado al máximo, el llamado a huelga general el Primero de Mayo de
1886, había sido secundado por una inmensa mayoría de la clase obrera tanto en
Chicago como en otros muchos pueblos del Estado de Illinois. Algunas fábricas
cerraron y despidieron a todos sus trabajadores. En la tarde del tres de marzo,
más de 7000 trabajadores en huelga, esperaron la salida de la fábrica de
aquellos que como esquiroles suplantaban a los que hacían huelga. Hubo choques
con la fuerza pública, la policía abrió fuego que fue respondido por algunos de
los huelguistas, llegaron refuerzos policiales haciendo fuego que hicieron huir
a los manifestantes, quienes dejaron seis muertos y muchos heridos a más de
decenas de detenidos.
Aquella sangría hizo que los
grupos anarquistas convocasen a un mitin en la plaza de Haymarket en la tarde.
El llamado congregó a más de 15.000 personas. Spies, Parsons y Fielden hablaron
a los congregados en la plaza. Todo iba bien hasta que finalizó el mitin, la multitud
se retiraba en calma cuando apareció la policía y con su habitual violencia
arremetió contra la gente. Nadie ha podido decir como una bomba fue lanzada
contra la fuerza pública causando varios muertos y heridos. La policía recibe
más fuerzas que abren fuego contra la gente que se retira: la masacre fue
espantosa. Chicago es puesta en estado de sitio y se prohibió a la población
salir de noche. El ejército ocupó durante muchos días ciertos barrios. Todo el
equipo que hacía el Arbeiter Zeitung fue detenido; por una
interesada combinación, por un designio oscuro, el atentado se trasladó de un
hecho individual a un hecho colectivo; la instrucción terminó por procesar a
los militantes de quienes la policía quería desembarazarse a cualquier precio.
Los detenidos resistieron con
firmeza a sus jueces y convirtieron el proceso, cada uno a su manera, en una
viril requisitoria contra la sociedad capitalista. Como ha escrito Robert
Lauzon: "una magnifica afirmación de fe y coraje". Si la muerte es la
pena que corresponde a la proclamación de la verdad, entonces estaré orgulloso
de pagar su precio", dijo Spies. "Si mi vida debe servir a la defensa
de los principios del anarquismo tal como yo lo entiendo, y creo honestamente
que son en interés de la humanidad, declaro que me siento feliz de darla, y es
un precio muy bajo por tan grande resultado", expresaba Fielden.
De los ocho condenados a muerte
hubo conmutación de pena, para Fielden y Schwab por cadena perpetua y para
Neebe, por quince años. Lingg se suicidó en su celda. El suplicio tuvo lugar el
11 de noviembre de 1887. En la calle y alrededor de la prisión la multitud
protestaba por aquel crimen de Estado, siendo contenida por la tropa. Los
condenados antes de morir gritaban vivas a la anarquía y Spies expresó:
"Salud tiempo en que nuestro silencio será más poderoso que nuestras
voces, que estrangulan con la muerte".
En 1893, un nuevo gobernador de
Illinois, John Atgeld, después de una larga investigación se convenció de la
inocencia de los condenados, el veredicto había sido amañado cumpliendo
órdenes. En consecuencia, Fielden, Neebe y Schwab quedaron en libertad tras 7
años de prisión. Los cinco ahorcados fueron rehabilitados, pero imposible
devolverles a la vida que les quitaron.
Hoy el Primero de Mayo es reconocido
en el mundo entero como Fiesta Nacional de los Trabajadores, pero esa
"fiesta" costó sangre, no sólo de aquellos mártires de Chicago.
Posteriormente por el mundo entero hubo sus protestas y sus luchas. Francia,
Bélgica, España, Inglaterra etc, las manifestaciones multitudinarias que las
policías solían dispersar a fuerza de palos y disparos de fusilería, hizo que
todo pueblo viera su suelo bañado con sangre proletaria. Ya en los años treinta
del siglo pasado, algunos países conquistaron las ocho horas de trabajo.
La clase trabajadora, no
solamente aquella que hace muchos años era llamada "la de las manos
callosas", también los profesionales y los técnicos, artistas en las
diversas artes, todos aquellos que producen lo que necesitamos para vivir y
hacer la vida lo más placentera posible, todos al unísono debemos recordar con
pasión y amor aquellos hombres que en Chicago dieron sus vidas por el
mejoramiento de la vida de todos cuantos poblamos el mundo.